PDTE. OLLANTA HUMALA: EL PRIMER AÑO
Cumplido el primer año de gobierno de la GRAN TRASFORMACIÓN del Pdte. Humala no hay mucho que rescatar, el gravamen minero seria lo único, siempre y cuando se cumpla en la práctica. Las demás “promesas de campaña” quedaron en eso. En promesas. Estos doce meses de gobierno Humalista se han caracterizado por la administración de un Estado mediocre, pusilánime, y corrupto. Y por el reinado de esa burocracia inoperante y corrupta que arrastra el Estado Peruano desde ya hace varias décadas, embajadas incluidas. Una vez más el Pueblo Peruano lleva a rastras esa frustración de siempre, con los cuentos del “chinito del tractor”, del “Inca Pachacutec”, y del “Cambio responsable”. Que solo fueron parte de esa corrupción, impunidad y mediocridad que son la característica en el manejo del Estado y de los fondos públicos. Y lo peligroso es que esa enorme frustración de la mayoría de peruanos ansiosos por el cambio, fortalece los espacios de los movimientos radicales e incluso de un narco senderismo que desde sus fachadas infiltra los gremios sociales que protestan por este nuevo engaño. Y eso hace que con el peligro del desgobierno y la anarquía, aumenten su presencia en la sociedad peruana esas fuerzas oscuras que desde sus caducas ideologías parecen retornar con nuevos bríos.
El portador de las promesas de trasformación de la sociedad peruana deja la percepción que es un modelo mejorado de frívolos y conservadores presidentes anteriores, mostrando sus lados más débiles. El oportunismo político, la escasa convicción por un proyecto nacional, la improvisación como gobernante, la ausencia de partido que nunca existe (partido familiar) y su equipo de gobierno débil incapaz improvisado y carente de formación y proyecto político, formados en gran mayoría mas por convencidos fujimoristas que por auténticos nacionalistas, además de oportunistas de vieja data. Es cierto que los últimos cuatro presidentes, Fujimori, Paniagua, Toledo, y García luego de su ascenso al poder dieron la espada al pueblo por razones y motivos parecidos: la improvisación, la frivolidad, la corrupción, el oportunismo, su apego al dinero de los poderosos y la ausencia de proyecto de gobierno.
Y que a pesar del tan publicitado crecimiento económico tenemos 10 millones de peruanos en situación de pobreza, erráticos y frustrados de su precaria vida en su propio país.
Renuncia el Estado una vez más a defender el interés general de los pueblos y a velar por el bien común. Y convierte así al primer mandatario en defensor de los grandes intereses económicos de las poderosas empresas, 50 muertos incluidos.
Los derechos civiles de los ciudadanos una vez más son dejados de lado con total indiferencia, se recurre al precario asistencialismo propio de las ONGs y se ha abandona otra vez la lucha contra la corrupción y la impunidad. El Gobernante no gobierna, solo administra, su partido político ha desaparecido o están tras un puesto de trabajo en el Estado, se va quedando sin aliados políticos, y el sustento de su gobierno parece ser ahora las Fuerzas Armadas y los poderosos facticos de siempre con su prensa y los grupos empresariales que manejan la economía a su antojo. Hoy está al servicio de los fuertes. Pero en el manejo del Estado hay un fracaso instalado que en un breve plazo agitara banderas de renuncia, porque la resistencia de los movimientos sociales ha sido respondida con la confrontación, con la fuerza y con muertos.
El gobierno ha carecido de respuestas políticas y sociales. Se olvidaron borrachos de poder que desde el gobierno hay que buscar el dialogo oportuno, fuertes consensos y acuerdos legales y no la imposición, la orden ni el mandato. El poder no es para siempre. Ojala aun este a tiempo de volver sobre los pasos reales que el pueblo peruano reclama. De lo contrario se acentuara la percepción en la población que el Presidente Humala es un gobernante sin identidad y un comodín presionado por los grupos de poder y que las promesas solo fueron mentiras. Y de nacionalismo NADA.
Con este proceso queda claro que el voluntarismo y el discurso político que se desarrolla en las campañas electorales está plagado de mentiras. Éste puede estar repleto de promesas, reivindicaciones, buenas intenciones, pero en la práctica se ha demostrado en los últimos 22 años que el que llega al gobierno solo administra “coyuntura y pragmatismo”, NO GOBIERNA, pues los que realmente tienen el poder gobiernan sin ser elegidos. Y que solo es posible cambiar eso, si se dejan de lado los intereses personales.
La alternativa es asumir la TAREA de formar un actor político, un PARTIDO - FRENTE, que aglutine ciudadanos progresistas, de carácter popular, nacional, solidario, inclusivo y moderno. Que enfrente la tarea de construir un Estado democrático nacional. Y esa TAREA es ahora, no para las elecciones a donde se suban las caras conocidas y se repita la historia.
Evaristo E Castillo A
Mayor EP (r)
Pdte. ARENA
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